30 ASPECTOS FUNDAMENTALES DE TU CHALECO ANTIBALAS
Los chalecos balísticos blandos son uno de los mayores logros de la ciencia moderna. Han salvado miles de vidas, la mayoría policías y soldados de la muerte y /o heridas muy graves. Pero para todos ellos colocarse el chaleco anti-balas antes de empezar la jornada, es parte del ritual.
Hoy en día, trabajar con el chaleco anti-balas es una cosa que muchos dan por hecho. Cada vez son menos los que se resisten a proteger su vida, pero hay mucho por saber y que cada usuario debe conocer de su chaleco balístico.
1. No se trata realmente de un chaleco anti-balas.
Tu chaleco no te protege ni protegerá de cualquier amenaza balística. Se trata de un compuesto balístico textil que te ofrece resistencia limitada a ciertas amenazas balísticas.
Estadísticamente hablando, nada es anti-balas. Siempre puede haber una bala capaz de penetrar el blindaje. Incluso pudiera darse el caso de que el chaleco no parara una bala para la que supuestamente está diseñado. Una bala afilada manualmente bien puede atravesar el material balístico.
Lo ilógico es sentirse y actuar como un “Superman” con el chaleco puesto. ¡Lo que no harías sin chaleco, no lo hagas con chaleco!
2. Cómo el tejido balístico para una bala.
Los paneles balísticos flexibles están hechos de un tejido entrelazado y/o laminado o incluso una combinación de ambos. El tejido detiene una bala prácticamente del mismo modo que una red detiene una pelota de tenis. El tejido atrapa la bala, la frena y dispersa la energía a través del panel. La deformación en tipo champiñón de la bala ayuda por supuesto en que la parada sea más efectiva. Por eso cuanto más pesada y lenta sea el proyectil, mejor la paran los chalecos, mientras que esos cartuchos con puntas endurecidas, que vuelan a gran velocidad, pueden traspasar perfectamente el panel frontal, el cuerpo del usuario y salir en su misa trayectoria por el panel trasero.
3. Tu chaleco debería parar como mínimo tu munición de dotación.
Toda la certificación NIJ, puede ser bastante confusa. Hay Cuerpos de Policía que usan chalecos de nivel IIA, otros II y otros tantos el nivel IIIA. Es muy difícil para ti y tu Cuerpo anticiparse al tipo de amenaza que podrás sufrir en la calle, pero lo que está claro es que nuestra propia arma constituye una amenaza. Un número sorprendente de policías son tiroteados con sus propias armas, ya sea porque les consigue arrebatar el arma o porque el compañero se equivoca y dispara contra el bueno. Así que tu chaleco tiene que ser capaz de detener la munición de dotación.
4. Todas las armas matan.
Hay cierta tendencia, sobre todo por parte de los entusiastas de las armas, de asignar un nivel de letalidad según el calibre. No te lo creas. Un calibre pequeño a alta velocidad penetrará el chaleco por completo, mientras que un calibre 45 ACP, o 44 Magnum, normalmente son más pesadas y viajan a menor velocidad, con lo que son más fáciles de parar incluso que un 9mm PB o un 357 Magnum.
Los disparos de perdigones con escopeta son especialmente difíciles de parar, ya que no todos van a la misma velocidad.
5. No se trata de los años de garantía sino de su uso.
Muchos de los chalecos ofrecen una garantía entre 5 y 10 años. Pero la verdad es que la garantía del chaleco debe ser recalculada por cada usuario según su nivel de uso. Un chaleco que se use a diario, perderá sus propiedades antes de un chaleco que no se haya tocado de las estanterías. Desgraciadamente no hay un sistema para contar las horas de uso de cada chaleco, pero si debes comprobarlo habitualmente en busca de rasguños, quemaduras, roces y daños varios. Si usas tu chaleco como una camiseta vieja, se envejecerá mucho más rápido que si lo cuidas, limpias y mantienes.
6. Registra tu chaleco.
Muchos chalecos vienen o deberían venir con un libro de instrucciones y una garantía. Asegúrate de que eso sea así. Si la compra la realiza el Cuerpo de Policía, estos deben recibir una factura donde se indiquen los números de serie de cada uno de los chalecos. Si hay una cartulina de registro, rellénala con tus datos y mándala.
Cuando ocurrió lo del Zylon, muchas empresas tuvieron grandes problemas para localizar a todos los clientes puesto que no habían rellenado las tarjetas de registro de sus chalecos defectuosos.
7. Limpia la funda
Deberías tener al menos 2 fundas para tu chaleco. Esto te permitiría usar una mientras lavas la otra. Manteniendo las fundas limpias y secas, ayudas a prolongar la vida de tu chaleco.
8. Los paneles balísticos se pueden lavar con una esponja, no en la lavadora.
La mejor manera de limpiar tus paneles balísticos es con una esponja ligeramente humedecida y un jabón neutro. Pero no los pongas a lavar dentro de la lavadora, ni tampoco los seques en la secadora. ¡Y no los planches ¡ Ese exceso de calor derretirá las fibras y perderá rápidamente sus propiedades.
9. Cuelga tu chaleco cuando no lo uses.
Los paneles balísticos están hechos de muchas fibras entrelazadas. Si adoptan una forma irregular piensa que no puede luego plancharlo para enderezar el panel. Si tiras dentro de tu taquilla un chaleco sudado, este se secará y adoptará la forma en la que quede dentro de la taquilla. Ese es un grave problema.
10. ¿Qué es la V50?
Es cierto que tu chaleco falló en parar el 50% de los proyectiles a cierta velocidad. Es la forma en la que se testea la V50. Los fabricantes profesionales, disparan proyectiles a alta velocidad, hasta que el 50% consigue traspasar. De ahí la V50 = Velocidad 50. La V50 de un chaleco por lo general es superior a las velocidades que tienen los proyectiles más habituales en las calles. De hecho se podría fabricar chalecos flexibles que parasen los proyectiles de alta velocidad (1000 m/s por ejemplo), pero digamos que dejarían de ser llevables.
11. Tu chaleco no es un traje de baño.
Zambullirte con tu chaleco no es nunca una buena idea. Algunos chalecos lo pueden soportar algunas veces, pero muchos ya solo sirven para el museo. Los tejidos balísticos con el agua, son más penetrables puesto que el agua actúa como lubricante, dejan de ser seguros. Un chaleco hoy en día que no tenga sus paneles termo sellados con humedad relativa igual a cero en el momento de cerrarlos, no es seguro. Los materiales como el Spectra Shield o el Dyneema son por si solos repelentes al agua. Si trabajas cerca del agua, averigua que tal “nada” (soporta el agua), tu chaleco.
12. El Kevlar no es la única fibra balística que existe.
El primer chaleco flexible viable fue fabricado de Kevlar de DuPont. De modo que mucha gente todavía hoy piensa que los chalecos balísticos son de Kevlar. Hoy en día existen varias docenas de fibras balísticas y muchas de ellas se usan conjuntamente en los chalecos. Actualmente los tejidos aramidas más conocidos son el Kevlar, Spectra y el Twaron. Los más avanzados el Gold Flex y Gold Shield.
Existe otro tipo de tejidos basados en hilo de polietileno, como el Dyneema, ligeros pero muy poco resistentes a la temperatura.
13. Tu chaleco es básicamente ropa.
Los chalecos balísticos se hacen con tejido, como la ropa. Se cosen igual que la ropa. Todos los chalecos balísticos se hacen a base de apilar láminas de tejido balístico. Después pasan por un control de calidad, que busca problemas o fallos en el cosido, plegados, termo sellado, etc…
14. ¿Qué es el trauma?
Cuando una bala golpea un panel balístico, se genera una energía llamada cinética que tiene que dispersarse a lo largo y ancho del panel. Cuanto más rápido se disperse esta energía, menos trauma recibe el usuario en su cuerpo. Cualquier proyectil generará una deformación en la parte posterior del panel balístico como resultado del trabajo realizado por las fibras en detener el proyectil. Cuanto mayor sea esa deformación, mayor el trauma. Los niveles de trauma se miden colocando el panel delante de un recipiente con plastilina especial, donde posteriormente se puede medir perfectamente el ahondamiento del trauma.
15. Si te disparan en tu chaleco, serás capaz de contestar la agresión.
Muchos agentes de policía han sido alcanzados en sus chalecos y prácticamente todos comentan que es como recibir un martillazo. Normalmente el resultado es un moratón causado por el trauma. Pero nadie ha muerto nunca por ese trauma. Es incluso improbable que te incapacite pero ahí una vez más tiene mucho que ver la marca y modelo de chaleco que tengas. Los que han recibido impactos en sus chalecos dicen que no perdieron la respiración, pudieron responder la agresión y reducirlo. Existen buenos paneles anti-trauma que logran reducir hasta en un 50% el nivel de deformación.
16. Los chalecos se testean y comprueban todos.
Hay una creencia más o menos generalista de que los chalecos que se testean en la NIJ no son posteriormente iguales a los que se venden. Esto no es un hecho aislado y depende de la ética y moralidad de cada empresa fabricante de chalecos. Lo que sí es cierto es que en caso de accidente, mejor que el panel sea exactamente igual al testeado y aprobado por la NIJ, de lo contrario esa empresa muy probablemente tenga que cerrar sus puertas.
17. Como prevenir el efecto “saco”.
El efecto “saco” es cuando debido al uso, los elásticos de goma, así como algunas fundas ganan tamaño y se deforman debido a la tensión o peso a la que están sometidos. La forma de evitar este efecto es teniendo mínimo 2 fundas o incluso 3 para irlas rotando.
Un chaleco dado, no es cómodo y puede dejar de ser seguro.
18. Mantente en tu peso o cómprate otro chaleco.
Los chalecos balísticos flexibles no son elásticos. Si incrementas tu peso entre un 5 y un 10% desde el día que compraste tu chaleco, necesitas un chaleco nuevo. Si por lo contrario pierdes peso, puedes necesitar también otro chaleco.
19. La funda del chaleco no ofrece protección alguna.
Es cierto que le llamamos chaleco anti-balas, pero lo que es propiamente el chaleco, o sea la funda exterior, no ofrece ninguna protección. Lo que es resistente a las balas es lo que va en el interior, llamado paneles balísticos.
Nunca salga a la calle solamente con la funda del chaleco. No ofrece más protección que tu camiseta de estar por casa.
20. Hay una forma correcta y una incorrecta.
Los paneles balísticos están diseñados para entrar dentro de la funda de forma específica. Cambiándolos de lado, puede acabar en tragedia. Los buenos chalecos indican la cara que debe ir en el exterior o bien hacia el cuerpo del usuario. Esto es así porque los paneles se configuran primero para la bala y luego para reducir el trauma. Si cambias la posición, no hay garantía de que se pare la bala.
21. A menos de que tu chaleco balístico sea también anti-arma blanca, es muy probable que no te proteja de una amenaza con un cuchillo.
Los chalecos anti-arma blanca se hacen con otro tipo de tejidos y laminados distintos. Existen chalecos multi-amenaza, que incorporan a la protección balística, protección anti armas blancas. Son más caros pero mucho más seguros lógicamente. Los chalecos anti-arma blanca, no existen, en todo caso son chalecos con resistencia limitada a distintos tipos de armas blancas.
22. Tu chaleco te puede salvar la vida en un accidente de tráfico.
Cada año hay agentes de policía que salvan su vida gracias a que el chaleco les protegió del impacto contra el volante en un accidente de coche. Incluso los hay que en moto han tenido menos traumas en el cuerpo gracias al chaleco anti-balas. Hay un caso en que un policía recibe un fuerte impacto en su torso por un espejo de un camión que pasa al lado de un coche parado en el arcén. El tremendo golpe lo hubiera reventado por dentro de no llevar el chaleco.
23. Chicas, vuestro chaleco anti-balas tiene que ser específico para chicas.
Cada vez menos, algunos Cuerpos compraban los chalecos con el pretexto que eran unisex. Los buenos chalecos no son iguales para hombres que para mujeres. Las mujeres necesitan mayor protección traumática en su pecho, y por supuesto necesitan chalecos que tengan forma de sujetador, al igual que encontrarían en un bañador.
24. Es un chaleco, no un traje.
La tendencia hoy en día en hombre y mujeres es vestir ceñidos, pero tu chaleco no tiene que quedarte como si se tratara de una camiseta técnica para ir a correr. Cuando te estés probando tu chaleco, inspira profundamente y entonces átatelo. Cuando vacíes tus pulmones de aire, quedará justo el espacio para que el chaleco sea cómodo y llevadero todo el día y por supuesto en caso de trauma ayudará a minimizarlo. No te olvides que si te lo aprietas demasiado no podrás moverte libremente, ni correr, ni defenderte ágilmente.
25. Cinta adhesiva no es el recambio de las tiras de sujeción elástica.
Si tienes problemas de sujeción de tu chaleco, cómprate otra funda. Utilizar cinta americana como algunos no es una gran idea, porque no permite que el chaleco se mueva con tu cuerpo. Ah, y la cinta americana no aporta más protección balística.
26. Llevar 2 chalecos no implica doblar la protección balística.
A pesar de que tú pudieras soportar el calor y peso de 2 chalecos IIIA, la suma de ellos no necesariamente equivaldría a un nivel III. Es cierto que muchas capas de tejido balístico una encima de otra, llegan a parar un disparo de un AK47, pero nadie mantendría su operatividad con semejante grosor de chaleco. Los paneles balísticos que se usan para alcanzar el nivel III y IV, son muchas capas de tejido balístico, una encima de otra, pero que pasan por un proceso de prensado especial que se consigue con una máquina enorme.
27. Necesitas protección frontal y trasera.
Algunos agentes de policía prefieren en verano ponerse solamente el panel frontal. Eso es realmente una muy mala idea.
28. El panel anti-trauma está ahí por algo.
Los chalecos que incluyen paneles anti-trauma lo hacen porque realmente los necesitan. De lo contrario no los pondrían, reducirían así el coste, el peso y el grosor del chaleco. Si tú se los quitas obtendrás un trauma superior al permitido que podría acabar en tragedia.
29. Un disparo en tu chaleco y se acabó el chaleco.
Es conocida la historia del novato que convencido por el veterano, ató el chaleco a un árbol y le pegó tres tiros para probarlo. Recuerda, una vez el panel balístico ha hecho el trabajo de detener una bala, el panel o chaleco debe substituirse por otro nuevo.
30. Tu chaleco no puede salvarte si está en el maletero o en el armario.
Lo peor que puede ocurrir es que haya que lamentar una baja por una bala que hubiera sido parada por un chaleco anti-balas. Piensa como un hecho así afectaría a tus seres queridos. ¡Ponte el chaleco!